El proyecto se emplaza en una de las zonas más tranquilas y exclusivas de la ciudad de Sant Cugat del Vallés, disfrutando de unas privilegiadas vistas al Club de Golf de la localidad y un acceso inmediato desde el centro.
Se diseña un centro residencial que consta de dos edificaciones, de planta baja más 3 plantas piso, conectadas entre sí mediante los dos sótanos. El primer volumen se destina a residencia geriátrica (86 habitaciones), para usuarios con cierto grado de dependencia, y el segundo volumen, más alejado, son 32 apartamentos asistidos que gozan de los servicios del centro.
Un centro residencial tiene la obligación de ofrecer una calidad de vida igual o mejor de la que disfrutaban los usuarios antes de entrar en éste. Tiene que ser un centro agradable para vivir, convivir y visitar, que cree sensaciones alentadoras a las personas que pasarán los últimos años de su vida. Para hacer esto posible, se rodea de casi 4.000 m2 de zonas exteriores ajardinadas para pasear y realizar actividades con el personal del centro.